Alfonso de Valdés autor de

'La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades'

[Rosa Navarro Durán, "Introducción" a: Alfonso de Valdés, La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, (Octaedro, 2003: 19)]

Agradezco a Fernando Krahn su amabilidad al haberme dado personalmente, permiso para introducir su dibujo

¿A qué se refiere Lázaro cuando habla de "el caso"? Su mención aparece al comienzo y al final de la obra, le da unidad, como indicó Francisco Rico, que es quien vio el sentido y la función del caso. Las palabras de Lázaro al término de su relato, "Hasta el día de hoy nunca nadie nos oyó sobre el caso", nos indican a qué se refiere: al rumor de que su mujer es la amante del arcipreste de San Salvador. ¿Por qué le interesa "el caso" a la dama a quien Lázaro escribe? Porque el Arcipreste es su confesor, a quien confía los secretos de su alma. ¿Cómo puede esperar que se los guarde un clérigo que se acuesta con la criada, a la que ha casado además con un pregonero? Al enlazar el secreto de confesión amenazado con la profesión del marido de la amante, pregonero, nos damos cuenta de hasta dónde llega la agudísima sátira erasmista que hay en el Lazarillo.

Vuestra Merced – él / ella. El testimonio del Quijote.

Al decir Lázaro “Hablando con reverencia de Vuestra Merced porque está ella delante”, indica que Vuestra Merced es una mujer. El Quijote aporta una prueba más (también lo hace La Lozana Andaluza*) de que, cuando el tratamiento de Vuestra Merced se aplica a un hombre, el pronombre que lo sustituye es él ( y no ella):

Sancho Panza hablando con su señor don Quijote le dice: “–Señor, ¿quiere vuestra merced darme licencia que departa un poco con él?, Don Quijote de la Mancha, Primera parte, capítulo XXI, ed. dirigida por F. Rico, Barcelona, Crítica, 1999, p. 228.

Y en el capítulo XXV, p. 271: “–Señor don Quijote, vuestra merced me eche su bendición y me dé licencia, que desde aquí me quiero volver a mi casa y a mi mujer y a mis hijos, con los cuales por lo menos hablaré y departiré todo lo que quisiere; porque querer vuestra merced que vaya con él por estas soledades de día y de noche, y que no le hable cuando me diere gusto, es enterrarme en vida.”

  • A) “Señora, si no le pesa a vuestra merced, ¿es ella el mozo?”, La Lozana Andaluza, m. XXVIII, p. 313, ed. de C. Allaigre, Madrid, Cátedra, 1985 (Un escudero se dirige a Lozana).
  • B) “Para vuestra merced no hay priesa, sino vagar y como él mandare”, m. XXVII, p. 308 (Lozana habla con Canavario).
  • C) “–¡Pardios, más niña es vuestra merced que su nietecica! Dexe estar lo que no es para ella”, m. LVIII, p. 449 (Lozana habla con la Garza Montesina).